La batalla de Austerlitz, también conocida como la Batalla de los Tres Emperadores, fue una de las más importantes de la era napoleónica. Tuvo lugar el 2 de diciembre de 1805 en la actual República Checa. Los ejércitos francés y austríaco se enfrentaron en una lucha por el control de Europa Central.
El ejército francés, comandado por Napoleón Bonaparte, se encontraba en plena campaña militar en Europa Central. Habían derrotado a los prusianos en la Batalla de Jena-Auerstedt en octubre de ese mismo año y avanzaban hacia Viena, la capital austríaca. Sin embargo, el emperador Francisco I de Austria había reunido un gran ejército para hacerles frente. Los dos ejércitos se encontraron en un campo de batalla cerca de la ciudad de Austerlitz.
Napoleón Bonaparte fue uno de los más grandes estrategas militares de la historia y su plan para la Batalla de Austerlitz quedó como un ejemplo a seguir para generaciones posteriores. En esta batalla, Napoleón utilizó una estrategia de maniobra envolvente, en la que rodeaba al enemigo y cortaba sus líneas de suministro y comunicación.
Otro de los puntos clave de la estrategia de Napoleón fue la creación de una falsa debilidad en su flanco derecho. Ordenó a sus tropas avanzar en esa dirección, lo que llevó al emperador austríaco a enviar la mayor parte de sus fuerzas a ese flanco. En realidad, el flanco derecho francés era una maniobra distractiva, mientras que el verdadero ataque se producía en el flanco izquierdo, que se encontraba en una posición más elevada y desde el que podían dominar el campo de batalla.
La batalla comenzó temprano por la mañana del 2 de diciembre de 1805. La niebla cubría el campo de batalla y se prolongó durante gran parte de la mañana. La artillería austríaca abrió fuego sobre las posiciones francesas, pero el ejército de Napoleón se mantuvo firme. A mediodía, la niebla se disipó y Permitió ver toda la planicie donde se desarrollaría la batalla, momento en el cual Napoleón ordenó el ataque en el flanco izquierdo.
Este fue el momento clave de la batalla. Las tropas francesas avanzaron con furia y derrotaron a las fuerzas austríacas, que no esperaban la ofensiva por ese flanco. La flota rusa de Alejandro I, que aún no había entrado en combate, desplegó sus tropas para tratar de cerrar la brecha abierta por los franceses, sólo para encontrar una resistencia más férrea por parte de las fuerzas francesas. Napoleón, quien antes había asegurado que la batalla estaba ganada, logró consolidar su victoria.
La Batalla de Austerlitz fue una victoria decisiva para Napoleón Bonaparte y consolidó su posición como uno de los más grandes comandantes militares de la historia. Con esta batalla, consiguió llevar a Francia a la cima del poder en Europa. Sin embargo, el éxito de Napoleón fue efímero ya que el Imperio francés entró en un período de inestabilidad después de su abdicación en 1815.
La batalla también tuvo un gran impacto en las tácticas militares posteriores. La estrategia de maniobra envolvente de Napoleón, así como su capacidad para engañar al enemigo, fueron estudiadas y utilizadas por otros generales durante muchos años.
Las estrategias de Napoleón en la Batalla de Austerlitz fueron un ejemplo de maestría militar. Su capacidad para engañar al enemigo y para utilizar maniobras envolventes infinitamente lo han convertido en un modelo a seguir para generaciones posteriores. Con esta victoria, Napoleón hizo de Francia una de las superpotencias en Europa durante muchos años, pero su éxito fue efímero. Sin embargo, su legado continúa vigente en la actualidad.